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Klara y el sol

Kazuo Ishiguro

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Paginas: 384

Genero literario: Ciencia Ficción

Sinopsis:

Klara es una AA, una Amiga Artificial, especializada en el cuidado de niños. Pasa sus días en una tienda, esperando a que alguien la adquiera y se la lleve a una casa, un hogar. Mientras espera, contempla el exterior desde el escaparate. Observa a los transeúntes, sus actitudes, sus gestos, su modo de caminar, y es testigo de algunos episodios que no acaba de entender, como una extraña pelea entre dos taxistas. Klara es una AA singular, es más observadora y más dada a hacerse preguntas que la mayoría de sus congéneres. Y, como sus compañeros, necesita del Sol para alimentarse, para cargarse de energía...

¿Qué le espera en el mundo exterior cuando salga de la tienda y se vaya a vivir con una familia? ¿Comprende bien los comportamientos, los repentinos cambios de humor, las emociones, los sentimientos de los humanos?

Esta es la primera novela de Kazuo Ishiguro tras ser galardonado con el Premio Nobel. En ella vuelve a jugar con la ciencia ficción, como ya hizo en Nunca me abandones, y nos regala una deslumbrante parábola sobre nuestro mundo, como también ofreció en El gigante enterrado. Emergen en estas páginas su más que probada potencia fabuladora, la exquisitez de su prosa rebosante de matices y esa capacidad única para explorar la esencia del ser humano y lanzar preguntas turbadoras: ¿qué es lo que nos define como personas? ¿Cuál es nuestro papel en el mundo? ¿Qué es el amor?...

Narrada por la curiosa e inquisitiva Klara, un ser artificial que se hace preguntas muy humanas, la novela es un deslumbrante tour de force en el que Ishiguro vuelve a emocionarnos y a abordar temas de calado que pocos narradores contemporáneos osan afrontar.

Comentario

Leer Klara y el Sol fue como mirar el mundo a través de una ventana empañada por la inocencia. Klara, una Amiga Artificial, observa y aprende con una ternura que desarma. Su devoción por el Sol, que ella cree capaz de curar, me pareció una metáfora preciosa de la fe ciega que a veces depositamos en lo inexplicable.
Lo que más me conmovió fue la forma en que Ishiguro nos obliga a empatizar con una máquina. Klara no tiene emociones humanas, pero su forma de cuidar, de preocuparse, de intentar comprender el dolor ajeno, me hizo preguntarme qué significa realmente ser humano. ¿Es la conciencia o la compasión lo que nos define?
La historia se desarrolla en un mundo distópico, pero no hay grandes explosiones ni rebeliones. Todo ocurre en lo pequeño: una tienda, una casa, una enfermedad. Y en ese espacio íntimo, Ishiguro despliega dilemas éticos con una sutileza que te acompaña mucho después de cerrar el libro.
No es una novela que grite, sino que susurra. Y en ese susurro, encontré una belleza melancólica que me dejó pensando en el futuro, en la soledad, y en cómo incluso una inteligencia artificial puede enseñarnos algo sobre el amor.